El Inspector, Fernando García, ha rescatado un par de textos de Don Bosco que muestran cómo, en diferentes momentos de su vida, manifestaba su amor por los jóvenes fundamentado en su amor a Jesucristo. “En su juventud y en su ancianidad, el amor apasionado que expresaba por sus jóvenes, se sostenía en un fundamento espiritual y profundo; en un encuentro personal con Jesús que, de forma serena y continuada, orientó toda su vida”, expresa.

Por ello, Nando invita a fundamentar la pasión por la vida en la pasión por Jesús, “modelo y referente de nuestra manera de relacionarnos con las personas”, con el fin de “perseverar en nuestra vocación y misión”. Esta actitud, según el inspector, ayudará a superar dificultades, fortalecer la fe y la esperanza, y a educar nuestra mirada para contemplar a los demás con misericordia.

Frente a la rapidez en la sociedad actual, “estamos llamados a cuidar y fortalecer las razones vocacionales que fundamentan nuestra acción, nuestro trabajo y nuestra pasión por la vida”, aclara Nando. Amar a los jóvenes, buscar su felicidad y llevarlos a Jesús resume “la vocación salesiana a la que estamos convocados en cada una de nuestras casas, ya sea en la juventud o en la ancianidad, en todo momento y circunstancia de nuestra existencia, como así lo hizo Don Bosco”, sentencia el Inspector.

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